No cabe duda de que una de las semanas más importantes del embarazo es la cuarta. Es que aquí se confirma, por si todavía había dudas, de si una mujer está o no gestando un bebé.
Muchas mujeres deciden llevar a cabo el test de embarazo cuando el período lleva más de un mes de retraso, por lo que es muy común que, pasados treinta días, ya tengan la sospecha de que el embarazo pueda ser una posibilidad real. En la cuarta semana de embarazo ya tienes que tener una certeza real de que estás embarazada.
Definitivamente, cuando la menstruación brilla por su ausencia, es cuando se encienden las alarmas en la pareja. Y la gran mayoría decide esperar hasta treinta días para llevar a cabo una prueba que determine si la mujer está embarazada.
En definitiva, esta es una de las semanas más importantes porque es cuando, la gran mayoría de las mujeres, descubre con certeza que va a ser mamá. Por eso, son días de mucho estrés para la gran mayoría, especialmente para aquellas que son primerizas.
Pasado un mes de embarazo, es imprescindible conocer el estado del feto para tomar conciencia sobre los cuidados necesarios para que su crecimiento y desarrollo sean óptimos. Un especialista guiará a la madre en todo momento para que pueda sentirse segura y relajada.
El estado del bebé
Durante la cuarta semana, el futuro bebé ya está establecido de forma segura en la membrana del útero, que a partir de ahora implantará hormonas que ayudarán a aguantar el embarazo. Además, la cavidad amniótica y la placenta también empiezan a desarrollarse.
Mientras tanto, es el saco gestacional el encargado de alimentar al embrión. Justamente, el embrión, estará formado por dos capas de células que se dividirán rápidamente para dar inicio así a la forma del bebé.
A estas alturas el embrión tiene dos semanas aproximadamente, ya que la fecundación, más o menos, se produjo dos semanas después de la última menstruación.
El embrión ahora se compone de 3 capas distintas de células, de las que se desarrollarán las partes de su cuerpo. Aún no tiene forma, tan solo es un conjunto de células que mide entre 0,4 y 1mm.
De la capa interior se formarán el sistema digestivo, el hígado y los pulmones; de la capa media se formará el corazón, los órganos sexuales, los huesos, los riñones y los músculos; de la capa exterior se formarán los órganos internos, el sistema nervioso, el pelo, los ojos, la piel…
Cambios en el cuerpo
Al tener la certeza de que el embarazo es una realidad, las futuras madres empiezan a asimilar los cambios rotundos que vendrán, tanto en lo físico como en lo anímico.
En lo que respecta a lo meramente físico, es muy común que muchasya estén experimentando transformaciones en su organismo. Esta es la razón por la que una gran cantidad de mujeres ya saben, antes del primer mes de gestación,que llevan un bebé dentro.
Es que, en el cuerpo, empiezan a manifestarse de manera clara múltiples síntomas que, en el futuro cercano, van a confirmar que se trata de un embarazo. Lo más importante que ocurre durante esta semana es que, el ciclo menstrual, no aparecerá hasta dentro de nueve meses.
Sin dudas, los treinta días de retraso confirman que se trata de un proceso de gestación y que el embarazo es una realidad. Por esta razón, es muy común que aparezca una mayor sensación de cansancio y somnolencia, además de irritabilidad y fuertes cambios de ánimo.
Desde la cuarta semana de embarazo, el bebé está en el útero, es normal que las futuras madres tengan náuseas recurrentes con o sin vómitos (generalmente matutinos) y otros síntomas digestivos como la salivación excesiva, flatulencias, acidez de estómago, digestiones pesadas o antojos.
También se pueden empezar a observar cambios en los pechos: aumento del volumen y tensión mamaria, la areola se suele oscurecer y se acompaña de pequeñas zonas más abultadas debido al crecimiento de las glándulas internas.
También es común sentir la necesidad de orinar constantemente. Los dolores de cabeza o de espalda son otro síntoma que, algunas mujeres, padecen.
Dentro de la normalidad, encontramos que al mes de embarazo, es posible que se produzca un ligero sangrado, consecuencia de la implantación del óvulo en el útero. Las mujeres que habitualmente tienen menstruaciones cortas suelen confundir este manchado con una regla escasa.
Consejos
Aunque puedas pensar que solo llevas treinta días de embarazo y que aún faltan ocho largos meses para el nacimiento de tu bebé, es importante empezar a tomar precauciones para tener un embarazo sin complicaciones.
La semana cuatro de gestación es clave porque muchas mujeres toman conciencia, debido al test realizado, de que efectivamente están esperando un bebé. Por esta razón, es el momento en el cual se empiezan a tomar las precauciones necesarias para que el bebé crezca fuerte y sano.
Si estás tomando medicamentos, es muy importante que consultes con tu médico si puedes seguir tomándolos. Las bases de la placenta y el cordón umbilical ya funcionan y aportan a tu bebé los nutrientes y el oxígeno. A través de la placenta, recibe todo lo que provees a tu organismo.
Por eso, uno de los primeros vicios que la futura mamá, y en ocasiones el papá, deciden dejar atrás es el cigarrillo, debido a que el tabaco repercute negativamente en el desarrollo del niño.
Es recomendable limitar el consumo diario de té y café, ya que la cafeína aumenta la sensibilidad y tiene efectos negativos también en el sueño y el ritmo cardíaco. Así como cuidar de la alimentación llevando una dieta nutritiva y equilibrada.
Es importante pedir una cita con la matrona, si no lo has hecho ya, o con tu ginecólogo para que pueda comenzar con el control del embarazo. Un profesional te dará las pautas a seguir, aclarará tus dudas o temores y te informará sobre las pruebas a realizar en los próximos 9 meses.
También deberás comenzar a tomar los suplementos de ácido fólico y yodo para prevenir daños en el bebé como pueden ser la espina bífida, el labio leporino o el hipotiroidismo congénito, causante de retraso mental grave.